Un cuento que se adapta a cualquier versión
El cuento:
La historia que ya recibiste en tu correo, pero me voy a tomar la molestía de adaptarla a nuestro medio:
“Un amigo me citó ayer en un McCafé para ver un proyecto de diseño, minutos después entró al lugar un joven “limpiavidrios” de esos que se paran en las esquinas y pidió un té chai late (el vaso de tamaño más grande que puedes pedir ), mientras le servían su vaso grande, sacó una gran bolsa de plástico llena de monedas, tentativamente para cambiarlas por billetes y pagar, tomo su chai, cambió sus monedas por billetes y salió del lugar”.
Ahora la adaptación del cuento:
Mi amigo miró sorprendido, se dirigió a la caja y le preguntó al cajero ¿cuántas monedas recibía del “limpiavidrios” por día?
650 quetzales ... le respondió, además le dijo que el muchacho iba todos los días y que sus ingresos diarios oscilaban entre los 450 y los 750 diarios!!! (600 quetzales promedio, sin contar el chai late)
Si multiplicáramos esto por unos 20 días hábiles nos daría un ingreso mensual de:
12,000
(20 días / mes x 600 / día = 12,000 / mes)
Un sucio, pero efectivo modelo de negocios.
No equivalente al salario promedio de Q 2,500.00, de un diseñador joven trabajando 48 hrs nominales por semana y aún teniendo que ir los sábados y quizá algunas desveladas para resolver los problemas de alguna cuestión extra.
Reflexión 01:
El “limpiavidrios” puede recibir Q5 en un semáforo (que no es raro), puede descansar tranquilo debajo de un árbol por los próximos 9 cambios de luz y sin ningún jefe, sin impuestos y sin evaluaciones....
No sólo me impresionan las cifras, sino también su casi usual comportamiento malhumurado y malencarado, no es díficil sentirse amenazado por ellos. Si no les das una moneda pueden rayarte el carro o sacarte la madre...
Reflexión 02:
Siempre me cuestiono cuánto “no” reciben estos personajes al día.
Y aunque los recibes con un "no", ellos de todos modos aún sin tu consentimiento te dan el servicio, no conozco otro servicio así, que haya generado una frecuencia y una especial obligación al recibir un “no” como respuesta siempre, quizá solo comparable a los promotores de ventas por vacaciones compartidas.
Reflexión 03:
No entiendo ...
No entiendo como este marketing obligatorio y este posicionamiento se volvió tan eficaz.
No entiendo cuando esto se volvió tan cotidiano.
No entiendo como nos crearon la necesidad de tener el cristal tan limpio, como para limpiarlo cada semáforo.
No entiendo por que el gobierno simplemente no los quita de las calles
No entiendo que aportan...al paisaje urbano.
No entiendo por que ganan más que un diseñador.
Pero sobre todo no entiendo como se han posicionado más rápido y mejor económicamente que nuestro oficio.
Bueno, yo ya tome una historia cotidiana y lo volví algo interesante para tí. Ahora te pregunto, ¿Qué puedes tomar de lo cotidiano y volverlo tan interesante para que muchos lo lean o lo aprecien?
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